Parece ser que se han acabado las excusas porque este domingo, por fin, hemos hecho la ruta de subir al Moncalvillo desde Castroviejo. Aún así, iluso de mi, aún me creía que íbamos a subir desde Castroviejo directamente por las praderas y hasta me puse las zapatillas de caminar por lo que imaginaba nos esperaba ya que me habían dicho que íbamos a subir por detrás de la presa y no por delante. Al final, como dijo Lucia Lapiedra...”da igual por delante que por detrás, cuando es grande y dura, duele lo mismo”. Pues así es esta subida.
Otro síntoma de que la cosa es
seria es que se apunta después de muchos meses Jorge, si el de Cenicero, que ya
no es hierro ni nada, todo carbono, titanio y demas chichinabos, que viene con
otros dos amigos y Eduardo que en su línea de no madrugar sale una hora mas
tarde que nosotros. Los demás los de casi siempre (Cañas, Ricardo, Ismael y
Raul). No me olvido de Ricardo de los atajos, pero como salió jodido ya de
casa, muy malito el pobre pensamos que no llegaría mas allá de la Grajera, pero mira por
donde que si llego. Quedan 4 como él.
A las 7.30 nos ponemos en camino
sin prisa pero sin pausa por el Camino de Santiago hasta Ventosa y poco a poco
sincronizando la velocidad con los que vienen de Cenicero para finalmente
reunirnos todos en la fuente de Santa Coloma. Desde aqui Ricardo (el que no va jodido) nos abandona y sube por la pista buscando la "portilla" y que gracias a nuestra amplias indicaciones no encontro.
Nos vamos acercando a Castroviejo
y justo antes de llegar al pueblo nos desviamos a la derecha para bajar hasta
el nacimiento del Río Yalde por la parte de atrás de la presa. Ismael en el
agua resbala y cae, pero solo para refrescarse. A partir de aquí empieza la
subida hasta Peña Hincada, metidos en un hayedo espectacular, una subida que se
deja hacer pero es larga porque estar mas de 1 hora en plato pequeño te deja
mas blando que la almohada de Pablo Alboran. La subida la hice en solitario y
no tengo ni idea de lo que paso por el frente pero hay que reservarse que el
cordal después con todos los subebajas por praderas de hace muy largo.
Cuando llegamos a la parte alta y
comienza el cordal se produce uno de los encuentros mas esperados y
emocionantes, que ríete tú de cuando Marco encontró a su madre. Eduardo conoció
en persona a Conorcito su “alter ego” en esa aplicación abobinable,
fomentadora de infartos y arruina autoestimas llamada Strava.
Una vez arriba, las vistas son
espectaculares viendo a la derecha las Peñas de Matute, Pedroso, Ledesma con un
montón de pistas y senderos desconocidos que ya quedan muy lejos para visitar.
Esto es lo bueno, lo malo es que cuando crees se la pista baja, hay que seguir
dando pedal, durante aun unos kilómetros. En uno de los cruces y justo antes de
la ultima subida dura del día, los amigos de Jorge se bajan de nuevo a
Castroviejo, los demás entre pastizales empezamos a subir la única subida que
hay que hacer andando, menos mal, ya era hora¡¡¡ yo venia preparado para esto.
Esa subida ya nos deja en la pista que con una ascensión mas suave nos va a
cercando a las antenas.
Aquí llega el dilema de por donde
bajar y Eduardo propone bajar por Panzares, una bajada que desconocíamos y que
según él es lo mas rápido. Jorge se baja por el otro lado por no alejarse mucho
de su pueblo. La bajada de Panzares hay que hacerla con precaución porque hay
muchas piedras del tamaño de balones de baloncesto entre, detrás y bijain de
musgo. En algún lugar Cañas pincha y hace que Eduardo y yo estemos viendo el
divertido espectáculo que dan las vacas pastando mientras los demás bajan.

Ya por fin vamos llegando a la
cuesta de las vacas, ya todos bien suaves cuando Ricardo casi sin avisar nos da
esquizano y se baja en un cruce hacia Albelda....alguien creyó oir que decía
que se iba a subir la Raposa
hasta Clavijo que poco a poco se ha venido a mas y de salir jodido vuelve como
un toro....también se le escucho murmurar algo así como cabroooones. Ya no se
supo mas de él...
Después en el guasáp también se
volvió a repetir la palabra referida a los machos cabrios por parte del Comando
90 por hacer esta ruta sin ellos.