De la Hoya al Monasterio de San Prudencio por la Senda Garrapatera.

Llevamos un sindios de inicio de verano y al menos nos hemos posdio juntar Ismael y yo (en sábado) porque sino otro domingo desperdigados. Decidimos hacer la ruta que hice hace unas semanas para enseñársela y repetir las mismas experiencias, aunque a mismas experiencias (o estímulos) cada uno somos de una clase y nos afectan de manera diferente.

Experiencia 1ª. LA SUBIDA:

Desde Albelda, a mi me costo una buena sudada, a Isma también, pero subió como una moto, se medio perdió y tiro para arriba por el lado mas duro (el de la derecha) y aquí no quiero que se piense o de lugar a interpretar que la derecha es dura. Después de unos silbidos, voces y llamadas de teléfono me lo encuentro andando bastante por debajo de mi.

Experiencia 2ª: LA SENDA.

Yo ya la conocía, fue mi quitamiedos particular, a si que ningún problema, mas en de elegir cual era el lugar apropiado para una buena foto. Sin embargo mi compañero, con cubiertas lisas tuvo que tener mucho cuidado.

Experiencia 3ª: LAS IXODOIDEOS.

Conocidas como garrapatas, alias “esas grandisimas hijas de puta”. En comentarios previos le comente a Ismael que cuidado con la senda, que en la vez anterior enganché una de ésas. Creyendo que esto es poco común, al finalizar la senda veo que Ismael, un tipo frío y aguerrido sobre la bici, comienza a blasfemar de manera ligeramente histérica y realizando aspavientos con las manos sobre las piernas y es que estaba lleno de garrapatas. 7 contó, afortunadamente aun no le habían mordido y las pudo quitar, no me dio tiempo ni a echar una foto y al grito ¡¡vámonos de aquí!! Nos dirigimos a Clavijo donde nos pusimos a expulgar como monos el uno al otro. Visto que estábamos limpios pasamos a la siguiente fase.

 

Experiencia 4ª: EL MONASTERIO:

Nueva para ambos a si que disfrutamos bajando y viéndolo, pero no ya en la bajada desde el monasterio hasta el camino de Ribafrecha. Mucha piedra, difícil hasta caminando y sufrido (creo que las calas perdieron parte de su forma). Ya en el camino y cuando habíamos vendido todo el pescado, a Ismael se le cruza una piedra que lo tira al suelo, nada grave, un pequeño pero profundo corte en la rodilla, diversas magulladuras pero los dientes y la bici que son lo mas valioso sin problemas.

Desde Ribafrecha y por los caminos amarillo y recién cosechados para casa. Como conclusión decir que aunque se repitan las rutas, cada vez es diferente a si que tenemos bici para rato.