Para todos los gustos ¡Oiga!.
Ruta completa, completa por: el monte
en Otoño, por los senderos recorridos, por las bajadas (que parecen
pocas) y las subidas (que son largas). Una ruta que tenia ganas de hacer desde
que se la vi a los amigos de KDD`S Riojanas y que es de las pocas que no son ni
difíciles, ni muy difíciles según el wikiloc del Lukas....pero que tiene su
miga.
Como no sale nadie del barrio
quedamos a las 8 en el Puente de piedra Ismael, Oscar, Raúl, Ricardo y su amigo
Miguel, no nuestro presidente honorífico, que solo acude a las cenas y eventos.
Salimos hacia Oyon dirección al
Ducado de Echazarreta para subir por la Senda de la Ermita de Bercijana. Hoy
lleva Ricardo el gepese ese y vemos que nos lleva por un camino paralelo por el
que hemos ido otras veces y que termina en una viña, pero como ponía que subían
a la senda decidimos seguirla haber por donde habían cruzado el riachuelo que
forma el valle. Y lo descubrimos, un pequeño linde entre dos viñas que entre
zarzas nos hace vadear el riachuelo para salir a caseta donde comienza la senda.
La subida jodida como siempre
sobre todo el tramo final con ese par de escalones colocados entre dos
frondosas zarzas para amortiguar la caída en el caso de que lleves la cala
mu`prieta.
Continuamos subiendo hacia Meano
donde un viento de costado nos daba mas problemas que la pendiente en la cuesta
de los paneles solares, pero que desde Meano hasta el Paso de la Horca daba de
espaldas y ayudo a subir las ultimas rampas. Hoy no hay manera de hacer una
foto, no paran ni el en Paso de la Horca, a si que para abajo hasta cruzar la
carretera. Bajamos hacia Bernedo por la bajada paralela a la carretera que
estaba, como todo el resto del recorrido muy húmedo y resbaladizo, con las
piedras cubiertas por la hojarasca de las hayas que hacia que tuviéramos mas
precaución de la habitual.
Continuamos bajando y subiendo
hasta que cogemos uno de los GR bien indicados que hay por esta zona y que nos
lleva directamente a Angostina. Bajamos con precaución porque estaba muy
peligroso, la bici se iba para todos los lados a si que no pudimos fijarnos en
el suelo para encontrar la patilla del cambio que se dejo Cañas hace un mes
cuando subimos por aquí.
En uno de los cruces, Ricardo
mirando la ruta a seguir se mete de lleno es una charco movedizo tapado por las
hojas del que hay que ayudar a sacarlo a él y a la bici hundida hasta el eje.
En Angostina, hay que hacerle “el
puente” a la fuente del pueblo para hacerla funcionar y comprobamos por primera
vez que las29 también pinchan. Continuamos por el camino hacia Marañon hasta
que vemos el desvió al Castro de Cividad, Asentamiento de la Edad del Hierro
donde se forjó según la leyenda la primera Conor WRC y que ahora mancillamos
con nuestras bicis de aluminio.

La subida hasta aquí seria
sencilla si no fuera por la humedad que hacia que no traccionara la rueda y lo
espeso del matorral. Finalmente se llega a una estrecha senda llena de piedras
(mejor dicho de los restos de una muralla) y donde lo único reseñable y por lo
que merece la pena subir hasta aquí, es una roca que tiene unas vistas
espectaculares sobre el cañón del Rio Ega y la Foz de Angostina. Allí, como
domingueros que se juegan la vida haciendo selfis mortales (después pasa lo que
pasa) nos hacemos unas fotos y otra vez para abajo dirección a Marañon por el
GR que esta espectacular, lo malo que había una partida de caza y deslucen un
poco. Por si acaso elevamos la voz de las conversaciones como si estuviéramos
hablando a un guiri para dejarnos “ver”.
En Marañón y antes de afrontar la
subida jodida del día que nos lleva a los Eolicos arreglamos otro pinchazo de
Miguel. Esta vez, y ante la falta de cámaras ya que los demás somos todos de26
empezamos a utilizar la tecnología disponible (bote de espuma) que se
desperdicia por uno de los agujeros de la llanta tubelesss (¿si es tubeles
porque tiene agujeros?

Finalmente hubo que recurrir al
antiguo arte del parche, Ricardo se puso al tema bajo mis consejos, hasta que
me dijo que si no me callaba me iba al rió a comprobar las burbujitas. En vez
de irme al rió, me fui hacia arriba que ya me pillarían, como así fue en uno de
los descansos que da la cuestecita. Pasas del 20€ de desnivel al 17%, ¡que gran
descanso¡ Después se llega a una senda llena de piedras donde se comprueba que
andamos todos igual de bien, el ultimo trecho es impracticable, se convierte en
una especie de canal que termina en la senda paralela a la carretera donde
vemos a los del Reventón. Cruzamos la carretera y para abajo hacia Barriobusto,
donde pincha Oscar por solidaridad.
Aquí ya estamos bastante blandos
y hacemos algún tramo por carretera, cerca de Oyon decidimos conscientemente
perdernos y atravesamos una viña para volver a salir a la Carrretera donde hay
que volver a dar aire a Miguel y comprobamos lo que cuesta hinchar las ruedas
grandes.
Llegamos a Logroño a la una y
pico y es que al igual que la crónica que me ha salido larga, la ruta aunque no
es ni muy larga ni con mucho desnivel, cunde como una de las grandes etapas por
Soto y Bucesta que tanto gustan a los que se han quedao en casa.
EL TRACK EN WICKILOC