Los inasequibles al desaliento

Los inasequibles al desaliento

miércoles, 3 de julio de 2013

La mejor ruta del verano (por el momento).


 Crónica de Cañas:

Como últimamente estamos hartos de salir por los alrededores de Logroño, propusimos el sábado ir a Ventosa en coche y subir a Moncalvillo para hacer la ruta que ha preparado Jorge. Vía whatsApp, contacto con la gente y que si uno está malo de la tripa, que si el otro por la grajera si pero más allá le da miedito, el otro que como todos los domingos tiene comilona y claro hay que estar antes de las 12 en casa, el caso es que finalmente solo salimos dos desorientados y de ellos solo uno con uniforme (lo tenía para lavar de la subida de Cenzano)

El plan era subir en coche a Ventosa y evitar así el peñazo del camino de Santiago, y desde allí dejarme llevar por Jorge camino al llano de la Turquilla.
A las 8 en punto estaba el Cañas en el lugar de encuentro, si señores, puntual por segunda vez un domingo de quedadas. Y Jorge llegó a las 8,15, el pobre no daba más y ese era el primer síntoma de lo que pasaría más tarde.

Ahí estaba el chaval con zapatos nuevos, franceses si pero nuevos. Una nueva y flamante Lapierre 412 de color gris perla marina oscura doble y chachi de verdad.
Bueno pues el caso es que tras las presentaciones, salimos camino a la depuradora del Yalde por el camino que todos conocemos, donde cogemos agua y barrita para dentro. La temperatura es ideal y así será durante todo el día.

De ahí arriba platillo y paciencia hasta llegar a una “curva-mirador” donde hacemos una par de fotos de las muchas que hicimos este domingo en homenaje a nuestro recordado Raúl, y justo antes de salir a la carretera, sale una pista  a mano derecha según subimos que nos va a poner a punto al instante. Comienza llevadera y bonita y zas, en toda la boca, ya no es nada llevadera y bonita no lo se, ya que con apretar y no caerme tengo suficiente.

Al final de esta subida, salimos justo a las últimas curvas, y pasamos por las antenas donde, casualidades ¡hay un ciclista! Pues un sólo ciclista y resulta que conoce a Jorge: que si cuanto te cuesta subir a ti por carretera, que bici más bonita, que no ando nada que yo tampoco, que si los de la solera, que si los puertos, que gente más cansa esta de carretera.

Nos despedimos del chavalote, y cumbreando llegamos a las praderas que suben de Nestares o de Castroviejo, o de Torrecilla, bueno el caso que en esas praderas hacemos un descenso de los de quedarte con ganas de subir y bajar, y subir y bajar, pero no está el día para gastar fuerzas. De ahí, giro a la izquierda pasado el camino y en esto que piszszszszsz, un extraño ruido sale de la rueda trasera, tubeless por supuesto, de la francesita de Jorge (la mía tb es francesita pero decarton) ha desllantado, si como la lleva con poca presión para eso de traccionar, pues al aplicar esa tremenda potencia de sus patas ha pasado lo inevitable. Ahí mando un par de correos y Jorge a lo suyo, no necesita ayuda para poner la rueda a 5 bares o más.

Tras este único percance (miento me clave un diente del plato en el tobillo de la manera más tonta) hacemos todo el llano de la Turquilla y comenzamos la bajada a Pedroso, muy divertida, pista,  senda, piedras y finalmente Pedroso. Cogemos agua descansito y barritas, y una breve charla con unos ciclistas que han llegado en este mismo momento y que llevan un mallot de “Nuez de Pedroso” muy vistoso y bonito.
Salimos de Pedroso, dirección a Bobadilla (una pequeña tontería) y nos espera a la salida una sorpresa en forma de repechote que bueno se sube pero joder como asusta vista de lejos.
A partir de aquí un llaneo de Bobadilla a Baños, y por carretera hasta un desvió en una cementetera que nos llevará a Arenzana de Abajo, Arenzana de Arriba, Manjares y el Alto de San Antón. En este punto Jorge, al que el regreso se le va haciendo “pesado”  y por eso va petado, me dice que me deja de lado que esto se ha acabado, así que desolado me despido del Hierro de Cenicero que se va pasada la granja y yo me marcho camino a Ventosa.
Quedamos en mandarnos fotos y track etc y dar un poco vida a este nuestro blog que desde que el jefe no sale (todos sabéis quien es) está de capa caída.

En resumen, una ruta 100 % aconsejable, por unos parajes impresionantes con vistas de San Lorenzo, las peñas de Matute y Tobía, toda la Sierra Cantabria, que en estas fechas del año es mejor hacer en un día fresco como el de este domingo y lo mejor de todo es que he terminado sin dolor de piernas desde hace mucho tiempo y con buenas sensaciones, casi me siento ciclista.











6 comentarios:

  1. Menos mal que alguien se preocupa de pastorear el ganao. Por cierto el hierro de Cenicero se ha pasao a las dobles, al revés que los Racing. En fin nos volvemos comodones.

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  2. Buena y bonita ruta. La guardo en pendientes, haber si saco un rato y la hago.
    Raúl, no me digas que estas dejando el vicio de las dos ruedas...no dejes el lado oscuro. ;)

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    1. He dejado las dos ruedas temporalmente pero no el vicio a si que espero volver pronto y con muchas ganas. Un saludo compañero

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    2. El hierro de cenicero ya esta oxidado de la espalda y por eso me comprado una doble, para cuidarme (eso le he dicho a la parienta, seguro que no os chivais por que a ver que escusas poneis cuando os toque a vosotros). Y la ruta superbonita de las que le gustan a Raul, subir y bajar praderitas, en algun momento pareciamos Heidi y pedro,atontaos que ibamos con el paisaje.

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    3. por cierto para ser la mejor ruta del verano, en mi .caso no hacia falta mucho. espero que tengamos mas de estas que el año va muy flojito

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  3. Fue la mejor ruta del verano, sin ninguna duda. Como bien dices porque tampoco llevamos muchas, pero pese a ello, fue espectacular por el día y por como está el terreno. Una verdadera gozada rodar por las praderas del llano. En ese punto nos cruzamos con tres ciclistas en sentido contrario.

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