Después de unas cuantas salidas un poco desperdigados, por fin hoy estamos los de siempre y claro tanto tiempo sin vernos todos hace que la ruta sea prolífica, no en kilómetros ni grandes desniveles, sino en cachondeo y pequeñas y simpáticas vaciladas guardadas a lo largo del verano sin apenas rencor, y es que “no se puede tener todo” verdad?.
Nuestro recién elegido líder venia de un mes sin tocar la burra, pero después del calentón prehistórico de Arnedo merecía tal descanso, a si que como gregarios suyos decidimos hacer una ruta suave, hasta Agoncillo, Murillo y poco mas.
Pero la raza acaba saliendo y llegando a Recajo, el lugar donde detuvieron al médico por inyectar limón en vena. La vista de la subida de La Rad hace que el gusanillo ese que tenemos empiece a funcionar, a si que cruzamos la carretera y a ver si esta vez la subimos del tirón, el resultado el de siempre, Isma por delante y los demás dando un pequeño paseo. Una vez arriba nos dirigimos a Murillo pero por otro camino desconocido que nos llevo a la parte baja del Mirador y donde tuvimos que vadear el río.
Tengo que reconocer que ya tenia ganas de vadear algo a si que después de no se cuanto tiempo riéndonos de la preparación en ruta de Nacho y que no que que haria sin el Miguel que le provee de cámaras constantemente y otros que se las hinchamos, mas por prisa, que por afán de compañerismo.
El primero que se atreve es Ismael que lo pasa sin problemas, después los demás que mas o menos pasamos, ,llegamos a Murillo y se decide continuar a Ribafrecha a presentar a Nacho y a Isma a la “Manolita” que no la conocían. En el camino a Ribafrecha se producen ataques, relevos y fanfarronas producto de las siestas con Perico narrando el tour de fondo, y como buenos teóricos aprovecharon mi desgaste de ir poniendo ritmo para atacar y dejarme un ratillo solo. En esta carretera nos cruzamos con unos flacos de la tropa de Arrabal, saludos a Rubén que haber si se cambia a las gordas que es mas entretenido.
Esos ataques a traición hicieron que al Miguel se le subieran y montaran algunos músculos (no se puede tener tantos) y se resintió toda la etapa. Llegamos a la manolita y para arriba hasta que pudimos, al llegar a la zona de curvas, roderas y piedras, como siempre andando menos el de la especialice que esas suben solas como pude dar fé después. Nuestro líder lo paso mas por culpa de los tirones y como buenos gregarios le esperamos arriba sentados tranquilamente sin preocuparnos por su tardanza.
Con este estado físico bajamos de Clavijo por carretera, es triste pero no estaban los cuadriceps para baches, de ahí a Alberite y a casa comprobado por el camino el estado de maduración de la fruta.
