Desorientados en BTT: octubre 2017

¡¡¡Este año SI!!!. Por fin nos juntamos casi todos para celebrar la peregrinación anual del grupo al monasterio de la Virgen de Valvanera.

El principal instigador de esta sufrida ruta fué y sigue siendo Sergio, que comenzó hace unos cuantos años a hacerlo en solitario y en ida y vuelta, que es lo más jodido. Lo de la ida y vuelta solo duro un par de ediciones porque, aunque seamos unos portentos físicos, después de una caparronada el volver a coger la bici no suele apetecer mucho.

Después de los ánimos del año pasado cuando no pudo acudir, este año Sergio vuelve a sacar la garra y el pundonor. No para andar en bici, que eso no lo ha perdido salvo un poco la forma, sino la valentía que hay que tener para volver a ser incluido en el grupo de GÜasap donde el porno friki y la política gay imperan a sus anchas (o era al revés….)

Pues eso, que entre los orgasmos lluviosos del Puchdemon, el pollón del negro de Vilanova i la Geltrú y el articulo de la ese de la constitución que rima con “por el culo te la hinco” pudimos ser capaces de organizar la logística para que casi todo pudiésemos subir en bici y todos pusiésemos bajar cómodamente en coche.

Desde Logroño salimos: Jesus, Kike, Cañas, Ricardo, Alfredo, Ismael P e Ismael E, Puritos, Miguel y un caballero, por lo que a este último no le cuentan los 8 minutos de retraso de este último.

Con ritmo tranquilo, pero sin pausa, vamos viendo amanecer por el Camino de Santiago y de charla hasta que llegamos Ventosa donde hacemos la primera parada y cogemos agua. Desde aquí hasta Santa Coloma donde hacemos una tourné por el pueblo hasta que encontramos el camino a seguir dirección Bezares y donde Cañas varió la Ruta, con permiso del otro portador del GPS, para evitar el barro que hay en una zona, ya que la noche anterior estuvo lloviendo.

Como cada vez que innovamos, el miedo nos recorre el espinazo al ver que íbamos en dirección a Nájera en vez de Camprovin, pero tras varios cruces, viñas, frenazos, entradas y salidas de la carretera, zonas de barro (solo 1 y pequeña menos para Ricardo) llegamos a Camprovin donde Miguel hizo la primera tumbada de la mañana, y digo la primera porque yo no se que tenia el suelo, o había setas o billetes de 50€, pero hubo unas cuantas tumbadas toda la ruta, sobre todo por parte de Puritos que disfruto como hacía mucho del retoce entre las hojas.

Con todos estos rodeos e improvisaciones, Isma P va perdiendo su legendaria resistencia al sufrimiento y su sistema eléctrico, bien cargado a base de chuletones, gintonics y malboros le empieza a dar problemas y chispazos en el muslo.

Disfrutando de la rivera del Najerilla llegamos a Bobadilla donde nos espera Alvaro como director de operaciones e informa que el “Equipo A” formado por Sergio e Ivan y que salieron 20 minutos antes, para que según ellos los vayamos alcanzando. Pero vaya si corrieron, coronaron el Pico La Rioja casi a la vez e incluso antes que el último de nosotros.

Para que voy a contar nada de la subida, 5 Km al tropecientos de desnivel. Total una hora y cuarto de molinillo, recogiendo cadáveres, paradas a respirar disfrutando de los hayedos del otoño, regulando desviadores, quitando y poniendo ropa, haciendo fotos…todo para que se hiciera amena la subida. El culpable esta vez fue Isma P, que con su abandono rompió el acuerdo tácido que teníamos entre nosotros de no adelantarlo bajo pena de pagar la comida. En cuando se dio la vuelta, los hambrientos tiraron para arriba dispuestos a pasar frio esperando al resto, todos no, Kike subio y bajo 3 veces acompañando siempre al último de nosotros, por ser buena gente…no se, por no pasar frio….no lo se….por acumular mas desnivel y darnos en los morros con el acumulado del Strava….tampoco lo se….

Hasta aquí, la subida, y ahora viene la bajada por la Senda, que el año pasado entre la niebla se hizo mas larga, pero este año con las vistas que había y el ansia por bajar se nos paso todo en un cuarto de hora. Total, 5 horas y media de subida y 15m de bajada. ¡¡que poco agradecido es esto!!. Eso si, en esos 15 minutos la Virgen tuvo que intervenir porque en la últimas piedras antes justo de llegar al Monasterio, el un alarde de estupidez mía, creí que las piedras se apartaría solo con mi presencia y no intentaría bloquear mi rueda delantera.

Una vez en el Monasterio, vemos que nos recibe Jorge que sube con la flaca semidenudo, tan solo vestido con unas mallas y una toalla, posteriormente nos metemos a cambiarnos todos justos en los vestuarios para salir un poco menos guarros antes de dedicarnos a dar cuanta del pan y la comida.