Las Tres dehesas: Una de Navarrete, otra deesa que tienes ahi de Chorizo y una deesas de gulas.

Después de los palizones que nos hemos dao últimamente para sacarnos en carné de betetero, hoy toca una etapa mas asequible. Decidimos hacer la Dehesa de Navarrete, esa gran conocida, pero desconocida para nosotros. Después de tener la ruta mas o menos planificada llama Nacho que se anima a madrugar el domingo, después de la encerrona que le preparamos la ultima vez en la quedada moncalvillo no había vuelto a salir con nosotros.

Salimos pues, Miguel, Nacho y yo mismo, pero con alguna que otra variación gastronómica a salidas anteriores. La incorporación de Nacho hace que nos desviemos a un bar para comenzar la mañana bien, tomamos café y arrancamos para Navarrete por los caminos de la Carcel y la parte izquierda de la Autopista, en esas primeras rampas, empiezo que darme descolgado, por culpa de echar las fotos de rigor y también porque no andaba muy fino todo hay que decirlo.

El día empezó con muy bien tiempo, pero llegando a Navarrete se empieza a nublar y caer un chirimiri que no nos dejara en toda la ruta. Como Nacho conoce la zona, hoy no hace falta desplegar el GPS (que además había olvidado en casa). En la carretera del cementerio de Navarrete, antes de llegar a éste cogemos un desvió a la derecha que nos llevara por debajo de la autovía a las primeras rampas en un camino entre una viña, cuando se llega al cartel publicitario, la rampa se endurece pero ya estamos calientes y se pasa la zona sin problemas, después se gira a la derecha y hay una zona de descanso hasta una horquilla a la izquierda (arrrraasssss, como dira Carlos Moya). Aquí empieza una subida hasta la cima muy asequible y bonita, que para estar tan cerca de Logroño, no se como aun no la conocíamos, vemos un par de corzos y algún conejo que se escondían de los abundantes cazadores que había, la verdad es que hicimos toda la ruta escuchando disparos y acojona un poco.

 Arriba la lluvia arreciaba, por lo que apenas paramos a comer, ya que Nacho ya llevaba un rato tras el rastro de un olor a tortilla, hacemos las fotos  y pitando para abajo por el lado de Fuenmayor al olor del pincho, La bajada me hizo por fin decidirme a cambiar la cubierta trasera puesto que en el barro y con la cantidad de roderas que había se me iba para los lados como en el hielo, incluso el Miguel bajo mejor que yo, así nos plantamos en Fuenmayor y callejeando hasta que el rastro nos gio hasta el bar para almorzar. A si que haciendo honor al titulo almorzamos en caliente una Deesa de Gulas, otra deesa que tiene ahí de Chorizo y otra deeesa de huevo. Después de esto claro esta se decide volver por la via verde paralelos al rió y evitar la cuesta de las antenas y cualquier cuesta, continuamos por la mantible inversa para evitar la cuesta del Cortijo y finalmente solo toco subir la cuesta de las antenas del Cortijo como última dificultad. Además coincido que estaba todo marcado puesto que había un duatlon organizado por la Asociación de Vecinos de Valdegastea, lastima de no llevar zapatillas de correr.

En fin una mañana tranquila y bonita, 45 KM semisuaves y a las 11.30 en casa, para rematar, para un día que llegamos pronto, ya se habían acabado los preñaos de la panadería de la Antonia. Otro domingo será.