Un espectáculo para ver, pocos sitios en mi modesta existencia, he visto tan bonitos, espectaculares, llamativos, encantadores....como éste. Día perfecto para ir a ver este portento de la naturaleza, la congelación de la cascada del Chorrón en Viguera. Después de las últimas lluvias que han aumentado el caudal y las heladas de los últimos días, decidimos ir a ver si encontrábamos el lugar en cuestión, también hay que decir que tuvimos suerte y acertamos con la senda a la primera porque yo tenia pensado dirigirme al Chorron mas grande que hay en la parte central de la pared rocosa, y no, es el chorro mas pequeño que esta a la derecha el que forma este espectáculo in-prezionante. Gracias al Miguel, que olfateo en hielo como si fuera acompañado de Ballantines.
Salimos a las 8.00 del domingo con una agradable temperatura de –3 grados, el día se presenta luminoso, perfecto, los caminos duros sin barro y bien abrigados es llevable, aunque al principio los dedos de las manos se resienten, se congelaban hasta las bragas (del cuello). Ponemos dirección Vigera y por el camino viejo de Alberite nos encontramos con Alfredo y el compañero del bigote (que no me se el nombre y mira que nos hemos encontrado veces), los cuatro y tapados hasta los ojos parecemos los hermanos Dalton atracando un banco. Los dejamos en Alberite y continuamos por Albelda, Nalda y de ahí a Viguera, teníamos pensado subir por la cuesta de los pinos que da al Mirador, pero no encontramos el camino, la historia de siempre, a si que por la subida tradicional, después de los resoplidos por el pueblo, parada en la plaza para comer algo e intentar beber, es una putada tirar de camel-back en invierno, pero es la única manera de que no se congele el agua como le paso a la de los bidones.
De Viguera a –2 grados salimos en dirección a la cantera, en este trayecto un amigable mastín de 50 Kg nos animo la subida al pasar por la granja, llegando a la Cantera de yeso, cogemos la cuesta de la derecha y en el primer cruce donde hay una especie de puente tiramos para la izquierda bajando un poco hasta un camino que aparece cortado por una cadena, saltamos la barrera y empieza una subida exigente que nos deja en una especie de mirador (por que esta vallado mas que nada) que permite ver la mole de piedra y los pequeños chorrones que caen de la cumbre.
Cogemos una senda que sale a la derecha y que hay que comenzar tirando de la bici, no por no poder sino para admirar las vistas, esta senda te sube el primer desnivel y siguiéndola ya subidos en la bici siempre hacia la parte derecha u oeste, te va acercando a la cascada, mucho cuidado que el terraplén que hay a la izquierda de la senda te anima a bajarte de la burra. Hay un momento que hay que dejar la bici aparcada y continuar unos 100m haciendo senderismo. Lo que te encuentras te deja sin aliento, que espectáculo, para eso lo mejor verlo o ver las fotos, aunque hechas con un móvil no aprecian la belleza del paraje.
En resumen un lugar único, relativamente fácil de llegar (si lo hicimos nosotros....) Una etapa sencilla, de 54 Km y el desnivel justo para no pasar frío. Lo mas difícil o técnico de la etapa, el posar para las fotos sobre piedras totalmente congeladas y muyyyyyy resbaladizas.
Precioso lugar, uno de mis sitios favoritos! muy bien elegido el día para ir porque este invierno pocos días habrá estado tan helada
ResponderEliminarUn saludo y a seguir dándole al pedal!