Sensaciones por las Sendas de las Dehesas.

Feliz Año a todo el mundo, volvemos este año con mas ganas si cabe y esperemos que con mas tiempo para practicar nuestro deporte favorito. Yo al menos empiezo estrenando bici y aunque se diga que lo que mas vale son las piernas (y es verdad), la bici también ayuda y esta crónica esta para demostrarlo.

Jorge, nuestra punta de lanza, el que en el Pavo solo lo vimos en la salida y dice que llego entre los 10 primeros había preparado una ruta para empezar el año subiendo al Puerto del Toro y bajar por San Tirso.....ehhhhhhhhhh¡ Para el carro que llevamos un paron de  tres semanas sin apenas trampas y hasta al menos el mes de marzo no vamos a estar en condiciones de una ruta así. Por ello nos prepara (tiene GPS) una por las tres dehesas y sus sendas que finalmente se quedan en dos la de Hornos y la de Sotes, pero bajando y subiendo por sendas que no conocíamos.

Y que mejor ruta para estrenar la bici, con subidas tendidas y varios repechos duros y bajadas de las de poner el culo en pompa, a si que aquí va el tostón que les solté a mis compañeros, pero que necesita saber Miguel, sobre lo que se siente de pasar de una bici rígida muy básica a una doble completita. La bici en cuestión es una Cube AMS Comp 2012 adquirida en Bicicletas Riojasport.

Comenzamos en busca de Jorge que viene desde Cenicero y nos espera en la fuente de Entrena, para de ahí tomar la subida a la Dehesa de Hornos, las primeras sensaciones es que en pistas fáciles no hace falta levantarse para sortear los baches y se agradece mucho, las primeras rampas al llevar dos piñones mas que mi bici anterior siempre pillas un desarrollo acorde con la inclinación y con tus fuerzas. Al llegar a lo alto de la Dehesa de Hornos nos desviamos a la izquierda por una senda entre las encinas, sencillita y rápida que nos deja en Daroca, la bajada se nota que no saltas y vas mas pegado al suelo, aunque el primer día no es cuestión forzar las zapatas a si que de velocidad la justita (o es que soy un acojonao), es posible.

Salimos a la carretera y cogemos la subida asfaltada al Moncalvillo para justo antes de empezar la subida desviarnos a la derecha por un camino dirección Sotes, aquí cruzamos una portilla a la Izquierda (hoy vamos a abrir y cerrar muchas) y nos metemos en el primer repecho duro de la jornada que nos deja en la pista de la dehesa que sube de la granja, esta subida, la ultima parte es de platillo y aquí los 36 dientes del piñón grande tienen mucho que decir, pero mas importante es que la suspensión me permite traccionar mucho mejor en una zona de piedras y roderas y lo que mas me llama la atención es que ¡No se me levanta!....la rueda delantera no seais mal pensaos, con la otra bici en cuanto metía el plato pequeño se me levantaba la rueda y a bajarme, serán cosas de las geometrías que hasta entonces creía que era una cosa a la que Pitágoras dedico su vida.

Continuamos subiendo y soy capaz de subir sin poner el pie en tierra los dos repechotes duros del día de buena pista pero mucha inclinación, los paso con esfuerzo pero del tirón, esto creo que ha sido que iba muy motivado y eso es importante porque acabe por delante de Isma y eso gusta .  Si ya se que Ismael llevaba casi un mes sin tocar la bici pero como dice el refrán zamorano“de ilusiones vive el tonto los cojones”.

Después de comer algo, ver fotos de los hijos y pasar frió bajamos hacia Ventosa por el cortafuegos que después de pasar varias portillas se empina hacia abajo que hace que haya que usa la técnica de bajada que no tenemos, y ¡otra nueva sensación¡ la bendita y desconocida “geometría” hace que pueda poner el culo para detrás, con la otra bici me hacia tope con el sillín, en esta no tengo ningún problema para deslazarme para adelante y atrás sin necesidad de tener que bajar el sillín.

Y que contar de los frenos hidráulicos, casi todos tenis pero lo que no los conocíamos nos vamos a evitar agujetas en los antebrazos de apretar los frenos, y otra cosa, hay que tener cuidado con los baches ya que un apretón brusco del freno te puede poner en un aprieto.

Así y por una senda con algún tobogán llegamos a un viñedo vallado que atravesamos, una finca de cereal que se atraviesa y terminamos en el camino que baja a Ventosa. En el pueblo se decide dejar la dehesa de Navarrete para otro día que es un poco tarde y alguno (Nacho no voy a decir nombres) viene ya justito. Rumbo Logroño por el Camino de Santiago.

Muy buenas sensaciones, el amortiguador siempre abierto en cualquier terreno sin notarlo en la pedalada, ¡hombre! si me pongo en plato grande a esprintar se nota un poco, pero como no compito y solo quiero comodidad va como dios, me he adaptado a la bici, que siempre da algo de miedo gastarte el dinero y no ir cómodo.

A si que ya sabes Miguel, el próximo día ya no voy hablar de lo que se siente, remitete a esto y perdón por el coñazo a los que ya disfrutáis de las dobles que  sois la mayoría.