¡¡Espectacular!!. No se puede
decir otra cosa de esta ruta completa y para todos los gustos, hemos tardado en
hacerla por que parece que Angostina esta lejos, pero atravesando el monte “to
tieso” se llega rápido y pasa justita de los 50Km para hacer en unas 4 horas
que es lo que nos gusta.
Salimos esta vez Ismael I y II,
Cañas, Jesús, Raúl, Eliseo que va de nuevo reapareciendo y Jorge que se estrena
con nosotros y sigue el consejo de “allá
donde fueres, haz lo que vieres” por lo que para integrarse bien en el
grupo llega pinchado al lugar de quedada.
La ruta consta de dos partes; la
abuurida hasta llegar a La Población y viceversa, es como todos conocéis larga
y aburrida cuan película de Garcí que hacemos con tranquilidad, menos la última
parte que subimos al pueblo por una senda de piedras que da a una fuente que no
conocíamos y que solo hicimos Cañas, Ismael y yo, el resto subieron por la otra
parte, menos dura y mas larga.
Después de llenar bidones, Jesús
y Eliseo nos abandonan se bajan por el Hipogeo, uno porque aun esta poco rodado
y otro por temor a lo que podía venir. Los demas iniciamos una ruta que ninguno
conocíamos y que empieza parecido a lar la Vuelta al Leon larga por la parte
este (o cola del león). Esta parte es
siempre por sendas, muy trotadas por los excursionistas por lo que están
limpias de zarzas y piedras, sin escalones y otras tramas que hacen que se baje
rápido y disfrutando sin dar tiempo a hacer fotos decentes.
La senda cruza un par de pistas
para volver a enlazar con otra y poco a poco, cruce a cruce pero siempre
bajando excepto algún pequeño repecho.
Vamos comentando la nobleza de la
senda, lo bonito del entorno... pero también nos damos cuenta que llevamos un
buen rato bajando y que después habrá que subirlo. Para sacarnos de este
pensamiento negativo, Cañas reclama la atención realizando en un charco mas
profundo de lo que pensaba un salto piscinero doble carpado, con tirabuzón y
dos mortales. La ejecución fue perfecta, pero fallo en la terminación cayendo
fuera de la piscina. Después del susto continuamos bajando llegando
directamente al merendero de Angostina.
Esta es una zona recreativa muy
aconsejable para los calores del verano por donde pasa el río Ega para ir con
la familia. Tras comer un poco y esperar al de las chuletas (que no apareció),
continuamos por el GR.I dirección Angostina , todo el tiempo por sendas y
llaneando, hasta que llegamos a un cruce donde la senda se empina y hay que
tirar de todo para no bajarse, aun así es algo mas de 1 Km mas o menos donde
hay que darlo todo. En este tramo, Cañas que pese a la caída seguíamos sin
hacerle caso, para volver a llamar la atención rompe la patilla el cambio y se
carga el desviador, le toco subir casi toda la senda andando y pudo comprobar
que los que “andamos mucho” también tenemos mucho merito, cuando llegó arriba
donde suaviza la senda ya estábamos esperado con el quirófano montado para
realizar a la bici la cirugía de urgencia y ponerla a piñón fijo con tipo
variable en función de las irregularidades del suelo. (Hay que afinar ese
sistema que Macario esta interesado).
Cuando Cañas llega y nos ve a
todos con cara de angustia, terror y pánico, nos da las gracias por
preocuparnos por su estado y esperarlo, pero lo que no sabe es que esa cara no
era por él, sino por el cartel que pone que aun quedan 2Km así de duros para
Bernedo y nos entro el caguelo con lo que nos quedaba por subir aun hasta el
puerto, comenzando furtivamente a mandar guasaps para lamentablemente no llegar
a tiempo de la plancha ni de limpiar los mejillones para la paella.
Afortunadamente la senda suaviza
y solo nos quedan unos cuantos subebajas entre grandes pinos, helechos y demás
vegetación exuberante pese a estar a finales de verano. En esta parte hay otro
cartel que nos cambia la cara y que indica “La Horca” 1.2 Km bufff menos mal,
no hay que llegar a Bernedo que faltaba otro tanto, así que siguiendo las rayas
blancas y amarillas llegamos a la carretera y decidimos terminar la ruta por
carretera porque lo del piñón fijo desde Bahamondes ya no se usa.
Terminamos de subir el puerto y
la bajada con constantes paradas para arreglar la cadena y el “eslabon lento”
por lo que al final ya casi tuvimos que traer a Cañas tirando de él para que
llegara a casa a tiempo para comer.
Si no hubiera sido por esta
averia la vuelta la hubiéramos acabado subiendo al puerto de la Aldea por el
camino que va paralelo a la carretera por la izquierda y bajando por los
caminos habituales hasta Logroño. La repetiremos, aunque en invierno con la humedad de la zona quizá
haya zonas no tan nobles.
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