Golpe en la Pequeña China

Por Cañas: y Con Video

Era el momento y era la oportunidad. Todo parecía un inocente cúmulo de casualidades: ese calor veraniego, los de Yécora con ganas de pinchopote y sobre todo ese Gustavo venga preguntar por la marcha nocturna y sobre todo entrenando como Rocky yéndose sólo y sin perderse a la Grajera, a la Cárcel (ya no está en tercer grado). Y un pequeño detalle que se me olvidaba, el presidente Raúl poniéndose tocinote en Salou a base de panceta y huevos - huevos y panceta, vuelta y vuelta en la playa del sobaco de Logroño y heladito en comida y cena.

Pues alineados los astros está todo decidido el chico de la bici naranja se encarga junto con el pegado de Yecora de reservar en el bar el picoteo y de organizar la subida.

El horario de salida es a las 9:30 en el Gloria y a las 9:40 en el puente de piedra. Nos juntamos un número importante de Desorientados: Ismael E. Nacho, Alfredo, Carlos (en esta ocasión si te apuntas ¡eh pillín!, Álvaro, Ismael P, . Ricardo V., Cañas, los hermanos turuta Oscar y David y el GRAN GUSTAVO.

Todos puntuales y con los focos con tope de carga, comparecemos en los puntos de reunión y vamos poco a poco en dirección a Oyon y hoy se nota que es un día distinto un día para disfrutar de la compañía y para hacer un poco de hambre para lo que viene.

La subida es relajada y hoy no hay mas KOM que el de los Compañeros y nos vamos reagrupando en varios puntos y la grata sorpresa es que el entrenamiento intenso a diferencia que lo que le sucede a su primo que está sobrentrenado, a Gustavo le ha puesto las patas de Cancelara o Froome (para que elija el que mas le guste) y sube a ritmo estable y sostenido.

Poco a poco se hace la noche y la negra oscuridad y coco a poco se van encendiendo los focos. Bueno ahí es cuando compruebo que no debi poner el foco bien a recargar ya que me dura 1 minuto y 37 segundos, (mas o menos) y tengo que hacer la subida a La Población a oscuras con Ricardo alumbrando por detrás (la gratitud del regalo debió ser) y llegamos todos a la cima del día sin incidentes.

Carlos que fue previsor y tenía dos focos me dejo la batería del suyo y así hice la bajada.

La bajada fue un poco caótica y fue debido al efecto salivación de la idea del pinchote. Alfredo comprobó que los focos están bien hechos y aguantan una caída por desprendimiento a mas de 115 km por hora, eso si si no se llega a quedar Oscar con el está todavía dando vueltas.

Con la búsqueda se retrasan y no entran por el camino y bajan directos a Yécora. Bueno el caso es que todos llegamos al pueblo y al bar sin problemas como hubo en ocasiones anteriores.

La mesa tiene una pinta increíble, con los pinchos varios y pronto con los calimochos y cervezas, y un agua de mineralización débil y del tiempo que se pidió “el sosainas” del Oscar (Turuta).

Cuando empezamos a cenar empezó la juerga con las aventuras de David Trompeta, que lo mismo te quita un temible plaga de roedores, insectos, que te toca una saeta, que un paquito el chocolatero, eso sí con la ayuda de su negro Oscar.

Y pese a que Gustavo se comía los pinchos a papos llenos como un hanster, le dio tiempo para rememorar la anécdota de la jornada nocturna de hace un por de años con los Pinchazos:

“Iba último y en un momento dado, ya no vislumbré mas luces delante y tire y tiré hasta un pueblo y divisé  unos farolillos y allí que me fui todo tieso. Joder y era una casa y no había ciclistas. Bueno llamaré con mi móvil de tarjeta: coño que no tengo saldo. Veo un oriundo y le digo muy amablemente,

Gustavo: oiga amable lugareño, ¿sería tan amable y gentil de dejarme hacer una llamada con su smartphone que yo soy de tarjeta y no tengo salto aparte de ser de simyo y tampoco cobertura?

Lugareño: bobatel que yo no gasto de eso. ¿para que lo quieres?

Gustavo: el caso es que venia detrás de unos ciclistas, que estamos haciendo una marcha nocturna que es lo que me va, y me he perdido, y quería llamar a mi primo a ver donde está. Me tiene preocupado, sabe.

Lugareño: ¿no te habrás perdido de unos 227 ciclistas que están venga gritar en la plaza del pueblo, a veinte metros de aquí?.

Gustavo: pues puede ser que sean ellos, me acercaré a mirar a ver si está mi primo y otros tantos desorientados. Por cierto, no sabe usted la alegría que me da puesto que yo soy muy fan, muy fan del último superviviente y como me he traído el cuchillo de supervivencia iba a matar una vaca que he visto en un prao y le iba a rajar sacándole todas las vísceras y meterme dentro para así pasar esta fria noche. ¿sabe usted?

Lugareño: pues resulta que la vaca es mía, so cabrón y si llegas a hacer eso, te majo a palos. Tirapalla quetequetequete…..

Gustavo: muchas gracias y no se enfade usted, que solo era una idea, lo que viene siendo un futurible”

(Todo esto es exacto y verídico, como la mermelada de Richy Martin, y las encuestadoras ninfómanas del parking del Alcampo, a las que seguro conocéis. )

Esta anécdota, junto con el prometido orujo “pegamento y medio”, hizo que retomasemos el oculto punto del orden del día que era: renovación del cargo de presidente del Club Desorientados (lo del btt últimamente es opción)

Bueno, no se si fue la bebida el buen comer o lo bien que lo estábamos pasando, pero la votación fue: Gustavo nuevo presidente por aclamación.

Esto nos dejo buen sabor de boca, además de los cafés y la bajada fue rápida y sin incidentes. Todos a casa y hasta la próxima.

Consejos para estas situaciones (válida para presidentes de Desorientados, Rajoys y borbones)

1.- Cómo superar el síndrome del rey destronado

• Antes de la llegada del nuevo presidente, trata de compartir con él hábitos previos, como pueden ser las rutinas que antes compartías con él.
• Con la llegada del nuevo presidente, el antiguo (osease,  Raúl) puede sentirse un poco desplazado, especialmente por los diferentes tratos y comodidades que recibe el nuevo. Una buena idea es dejarle colaborar en la planificación de rutas, desvíos, color de equipaciones, horarios etc, lo que le ayudará a sentirse partícipe en la nueva situación social.
• En caso de que esté más revoltoso y contestón de lo normal, debes pensar que es una situación momentánea y esperemos que pasajera. Trata de no reprimirle por ello, e intentar explicarle que debe tener paciencia y que debe comportarse como un buen primo mayor y antiguo directivo, de esta formación que tanto le agradece su esfuerzo y dedicación.